Contenido:

• Ácidos grasos Omega-3 insaturados
• Ácidos grasos Omega-6 insaturados

Normalmente asociamos la grasa con algo que deberíamos evitar en la dieta si nos importan la salud y una figura esbelta. Sin embargo, existen grasas buenas que son necesarias para el buen funcionamiento del cuerpo y responsables del desarrollo adecuado y la inmunidad. Omega-3- y los ácidos grasos Omega-6 son los llamados ácidos grasos esenciales (AGE). Pertenecen al grupo de las grasas buenas y nos protegen contra la aparición de diversas enfermedades. Cada uno de ellos desempeña un papel diferente en nuestro cuerpo. Para disfrutar plenamente de nuestra salud, necesitamos todos estos ácidos en la proporción correcta. Nuestro cuerpo no puede producirlos por sí mismo y, dado que son extremadamente importantes, deben ser aportados con la alimentación. Además, también existen ácidos Omega-9 saludables que se producen en nuestro cuerpo. Así que echemos un vistazo a los ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, por qué son tan importantes y dónde podemos encontrar su fuente.

Ácidos grasos Omega-3 insaturados

Los ácidos grasos Omega-3 incluyen:

• EPA – Ácido eicosapentaenoico,
• DHA – Ácido docosahexaenoico,
• ALA – Ácido alfa-linolénico.

Estos ácidos reducen los niveles de triglicéridos, el colesterol malo, es decir, LDL, y también aumentan los niveles del colesterol bueno HDL. Tienen un efecto antiinflamatorio y son un elemento esencial para la construcción celular en nuestro cuerpo y aseguran un mejor funcionamiento de la membrana celular. Esto tiene una influencia incalculable en el correcto funcionamiento de todos los procesos vitales que ocurren en nuestro cuerpo desde la concepción, incluida la formación adecuada del cerebro. Los ácidos grasos Omega-3 insaturados mejoran considerablemente la función cardíaca, previenen la formación de coágulos sanguíneos, inhiben los procesos inflamatorios en las arterias, reducen el riesgo de obstrucciones y coágulos, aumentan la inmunidad de todo el cuerpo y mejoran la función cerebral. Ayudan, entre otras cosas, en la lucha contra la depresión, la hipertensión o la neurodermatitis. Las fuentes de ácidos grasos Omega-3 son, por ejemplo:

• pescado graso de mar como: caballa, fletán, salmón, sardinas y arenque,
• Aceite de linaza,
• mariscos,
• nueces italianas,
• semillas de lino,
• Semillas de chía.

Ácidos grasos Omega-6 insaturados

Los ácidos grasos Omega-6 incluyen:

• Ácido linoleico,
• Ácido araquidónico.

Los ácidos grasos Omega-6 insaturados están involucrados en la producción de hormonas, en las conexiones entre las células nerviosas del cerebro, es decir, neurotransmisores, y mejoran la función del sistema nervioso. Controlan el correcto funcionamiento del corazón, la presión arterial, los riñones y el sistema digestivo. También son un componente que construye células. Los ácidos Omega-6 apoyan al cuerpo en el tratamiento de la diabetes tipo II, trastornos hormonales y varios tipos de enfermedades de la piel. También influyen en la reducción general de los niveles de colesterol, tanto el malo como el bueno. Fuentes valiosas de estos ácidos son:

• aceites: girasol, maíz, borraja, onagra, soja,
• semillas: girasol, calabaza y sésamo,
• cacahuetes,
• anacardos,
• almendras,
• un aguacate.

En comparación con otros países europeos, especialmente en el oeste y sur, en Polonia se consumen cantidades relativamente bajas de mariscos y pescado graso de mar. Se recomienda comer pescado de mar en promedio dos veces por semana y, para su preparación, es mejor evitar freír y añadir pan rallado. Los ácidos Omega también pueden tomarse en forma de suplementos alimenticios según las recomendaciones del envase.