CONTENIDO

• Jengibre con miel y limón
• Jarabe de brotes de pino
• Jarabe de cebolla
• Jarabe de clavo

La temporada de otoño e invierno es un momento en el que es especialmente importante cuidar su salud. Mañanas heladas camino al trabajo o a la escuela, viento fuerte, granizo y falta de sol: todo esto favorece los resfriados y la gripe. Sufrimos debilidad, congestión nasal y dolor de garganta. En el momento en que notamos los primeros síntomas de enfermedad, vale la pena probar los métodos antiguos y comprobados para tratar los resfriados, que han sido conocidos en la medicina popular durante mucho tiempo. Los jarabes caseros de la abuela pueden ayudarnos a combatir las infecciones respiratorias, aliviar los síntomas de la tos y, al ser naturales, pueden administrarse a toda la familia. Y es mejor usarlos de forma preventiva durante todo el invierno.

Jengibre con miel y limón

• raíz de jengibre fresca
• Limón 1-2 piezas
• Miel

Corte el limón bien lavado en rodajas y colóquelo en un vaso. Añada jengibre pelado y cortado en rodajas o rallado grueso. Lo mejor es disponer el jengibre y el limón en capas alternas. Vierta mucha miel sobre todo y deje reposar durante unas 24 horas en un lugar fresco. Después de este tiempo, el jarabe estará listo. Para la prevención, podemos tomar una cucharada de jarabe al día. En caso de resfriados, dolor de garganta y tos, 3 veces al día. El jarabe de jengibre tiene un efecto calentador y alivia los primeros síntomas de una infección, el dolor de garganta, dolor de cabeza y muscular, así como la debilidad o fiebre leve.

Jarabe de brotes de pino

• Brotes de pino que pesan aproximadamente 1 kg
• Azúcar (también puede ser moreno o, por ejemplo, azúcar de abedul)

Los brotes de pino aparecen a partir de mayo. Para preparar el jarabe se necesita aproximadamente un kilogramo. La preparación del jarabe es realmente sencilla. Los brotes no deben lavarse, solo se debe comprobar que no haya pequeños insectos en ellos. Los colocamos en capas en un frasco (preferiblemente esterilizado), espolvoreando azúcar sobre cada capa. Cubra el frasco con gasa y déjelo reposar durante 4-6 semanas en un lugar cálido. El jarabe debe adquirir un color dorado. Después de este tiempo, podemos verter el jarabe en frascos o botellas más pequeñas. El jarabe de pino es excelente para combatir los resfriados cuando tenemos la nariz congestionada y sinusitis. También se usa cuando tenemos dolor de garganta y tos.

Jarabe de cebolla

• Cebollas 2-3 piezas
• Azúcar

Este es uno de los jarabes caseros fríos más populares y fáciles de preparar. Aunque su aroma no es necesariamente agradable, su eficacia contra la tos seca es confiable. Para prepararlo, corte al menos 2 cebollas y espolvoree azúcar (también puede añadir miel). Después de unas pocas horas, la cebolla produce un jugo que actúa como expectorante y ayuda a fortalecer todo el cuerpo.

Jarabe de clavo

• Clavos de olor, aproximadamente 6-8 piezas
• Miel

Basta con mezclar clavos ligeramente machacados con miel en un frasco pequeño y dejar reposar toda la noche. Por la mañana, retiramos los clavos de la miel. También se pueden machacar en un mortero antes de mezclarlos con miel, lo que intensifica el sabor y el aroma. Por lo tanto, si preparamos el jarabe especialmente para niños, basta con clavos ligeramente aplastados. Este jarabe, muy fácil de preparar, ayuda especialmente con la tos fatigante. Facilita la expectoración y tiene propiedades antibacterianas.

Los jarabes son una forma sencilla y saludable de fortalecer el sistema inmunológico en otoño e invierno. Su preparación no es complicada y su composición es simple en comparación con los jarabes de farmacia. Se pueden administrar a niños y personas mayores sin miedo.